"Estoy loco por el tenis"... y por el deporte en general. Los videojuegos de deportes han sido históricamente ninguneados. Es por eso que en esta sección vamos a hablar de juegos de tenis y otros deportes. Hoy presentamos...
En las actuales circunstancias no le queda ninguna otra salida honorable... ¡váyase señor Federer!
Váyase, señor Federer... y lleve consigo aquel oscuro y premonitorio amago de remontada que fue la final de Wimbledon 2008, dónde comenzó su caída. Llévese y haga desaparecer ese nefasto porcentaje de bolas de break convertidas que le ha acompañado (y lastrado) durante toda su carrera. Y llévese también, por favor, el asombroso y grotesco número de 56 finales perdidas. Llévese aquellas amargas lágrimas de impotencia tras la final del Open de Australia 2009 y llévese aquella no menos aciaga final del US Open 2009 que tenía casi ganada. Pero sobre todo, váyase y háganos olvidar aquellos dos infames puntos de campeonato en esa final de Wimbledon 2019, en el que debió ser su último y gran partido.
Váyase pues, señor Federer... y lleve consigo también aquella milagrosa remontada contra Haas, que a la postre supuso su primer y único Roland Garros 2009. Y llévese también aquella agónica final de Wimbledon 2009 (vs. Andy Roddick), en la que los dioses del tenis parecieran querer enmendar de alguna forma la final del año anterior. Llévese y no olvide nunca tampoco su mítica final de Open Australia 2017, donde logró lo impensable: remontar un quinto set de una final de Grand Slam a su eterno rival, Rafa Nadal.
Váyase ya, señor Federer... pero déjenos el recuerdo de esos “momentos Federer”, en los que “tu mandíbula cae y los ojos sobresalen y se hacen sonidos que obligan a los cónyuges a venir a ver si estás bien” (1), y déjenos el recuerdo de aquellos primeros años donde los niños volvían de nuevo a la volea y el revés a una mano, inspirados por su juego. Váyase, pero déjenos recodar esa época en la que, al menos durante un tiempo, usted demostró que “el poder y la potencia son vulnerables a la belleza” (2), aquella época en la que su tenis fue, junto con el sexo, uno de esos pocos momentos de consuelo donde “el ser humano es capaz de reconciliarse con el mero hecho de tener cuerpo” (3).
Váyase ya, señor Federer... y convénzase (convenzámonos) de una vez por todas que la belleza de su tenis no ha alcanzado (por poco) para ser el GOAT (Greatest Of All Times) del tenis.
Váyase y confórmese (conformémonos) con saber que usted simplemente es, ha sido y será el “Puto Mejor Tenista Que Jamás Ha Empuñado Una Raqueta De Tenis”.
(1) (2) (3) El Tenis como experiencia religiosa (2006, David Foster Wallace)
Zael Garamonde
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